Mantengamos la mirada en el horizonte / Declaración de Kos


Foto Virginia González / 2018, encuentro de amigos en las costas de Galicia.


Aúnque los momentos se muestren difíciles,

siempre mantengamos la mirada en el horizonte. 

Refugiémonos junto a nuestros principios,

soñemos nuestras utopías, 

abriguémonos con nuestros amores. 

Sin amor,
tan solo un desierto
es, la mas deseada
de las utopías.

Miguel Pizzanelli

Declaración de Kos 

Esta declaración se redactó colectivamente en Kos (Grecia), al concluir la sexta reunión internacional de la Open School for European Health, que se celebró bajo el lema "La posibilidad de un nuevo juramento hipocrático: el lugar del sujeto en las prácticas médicas y sociales".

En este ecuentro en Kos. (Grecia), del 25 al 30 de octubre de 1992. participaron en las discusiones ciento setenta personas, de diez países: Argelia, Bélgica, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos, Rumania y Suiza. 

El texto ha sido editado por primera vez en francés en el libro; J. Carpentier y C. Mangin-Lazarus, éd. Retrouver la medicina. París: Synthélabo, Colección Les Empêcheurs
de Penser en Rond, 1996, pp.229-231. Dibujo de Guy Barbier. 



Declaración de Kos

Nosotros, los que trabajamos en diferentes lugares en el campo de la salud y la enfermedad, reunidos en Grecia sobre Asklepieion de Kos, la isla de Hipócrates, 30 de octubre de 1992, nos comprometemos a desarrollar prácticas responsables conscientes de los posibles abusos causados  por la influencia de la política, económica, la ciencia y la tecnología sobre nuestras prácticas, manifestamos nuestra determinación de no ceder en las siguientes posiciones éticas:
Nos ajustamos a la Declaración Universal de Derechos Humanos, de acuerdo con el principio fundamental del respeto por los seres humanos, nos comprometemos:

A jamás olvidar que el desarrollo de nuestra ciencia nos obliga a escuchar el uno al otro. Caminamos junto a él, le acompañamos y negociamos estrategias terapéuticas, haciendo todo lo posible para evitar ser forzados a imponer medidas de cuidado.

A ofrecernos a nosotros mismos como uno de los remedios para los que sufren, sin excepción, en el pleno respeto de sus estilos de vida, culturas y creencias. Vengan de donde vengan, los cuidadores están ahí para ayudarles a encontrar un camino que está en el orden de la vida.

A considerar toda expresión del sufrimiento como legítimo: a no reprimir ninguna, nuestro deber es buscar sentido a las causas tanto individuales como sociales.

A abogar por el acceso al cuidado para todos y luchar por este derecho.

A negarse a participar, aunque estén disimuladas, de las empresas de exclusión, el asesinato, la tortura, de la exportación de perjuicios, que se produzcan en cualquier lugar del mundo. Por el contrario, nos comprometemos de dar testimonio para que nadie lo ignore.

También estamos comprometidos a dar cuenta públicamente de nuestras acciones, incluyendo nuestros errores, ante la ciudadanía, siempre que no perjudiquen a los que confían en nosotros;

A transmitir nuestro conocimiento, en cualquier lugar que estemos, y su evolución y sus incertidumbres, conscientes de nuestra humanidad y nuestros límites.

A participar de la elaboración de políticas de salud, preventivas y curativas dentro del respeto de los principios que hemos declarado.

A velar, en nuestro quehacer, que el mercado de la salud nunca tenga prioridad sobre su propósito, ya que entendemos que la salud del otro es nuestro objetivo y no nuestro medio.




¡Buen inicio de 2019!
Gracias a Marc Jamoulle por compartir este hermoso texto.

El editor de ECLT.


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