¡Torquemada anda suelto!

Nudos de la realidad / Complejidad en ByN en Rocinha, Rio de Janeiro, noviembre 2016.
Foto del editor.

Caza de Brujas: ¿anda suelto en Inquisidor?

La persecución de los que opinan distinto, como práctica disciplinatoria desarrollada desde posiciones de poder, es un argumento de fuerza, no de ciencia. En ciencia es deseable, como en otros ámbitos de la vida humana, plantear la discrepancia mediante la confrontacion de ideas. Con todo derecho, desde un sitio de opinión no de poder, los que opinamos distinto podemos justificar y plantear la discrepancia con evidencias (no con golpes). Y aunque estuviéramos equivocados, existe también un posible enfoque desde la Ética, cuando hablamos de medidas compulsivas..


Finalmente la medicina preventiva es intolerante, atacando a los que cuestionan el valor de sus recomendaciones. Sackett DL.

Tomado de: 
‘’Preventive medicine displays all 3 elements of arrogance. First, it is aggressively assertive, pursuing symptomless individuals and telling them what they must do to remain healthy. Occasionally invoking the force of law (immunizations, seat belts), it prescribes and proscribes for both individual patients and the general citizenry of every age and stage. Second, preventive medicine is presumptuous, confident that the interventions it espouses will, on average, do more good than harm to those who accept and adhere to them. Finally, preventive medicine is overbearing, attacking those who question the value of its recommendations.’’

Sackett DL. The arrogance of preventive medicine. CMAJ [Internet]. 2002 8–20 [citado 23 set 2015];167(4):363–4. Disponible en: http://www.cmaj.ca/content/167/4/363 

Universidad de Nueva York saca profesor por rechazar la vacuna contra la gripe. 

El artículo de Margaret McCartney nos advierte de la situación.
Artículo accesible en: / http://www.bmj.com/content/357/bmj.j1975

"A senior faculty member at New York University School of Medicine has had her appointment terminated because she has not had an influenza vaccination. Leonore Tiefer, who was a clinical associate professor of psychiatry, had her non-clinical role removed in January after she did not provide evidence of vaccination. A letter from the university stated that “immunization against the flu is critical for the protection of our patients, visitors, and colleagues. Regrettably, since we have not received evidence of your vaccination, your non-compensated faculty appointment will be terminated effective immediately.” 

No es ni será la primera vez que el sistema actúa de este modo. Es necesario denunciarlo.
Y tal vez mostrar un poco de evidencia para entender de que incluso cuando se intenta poner las csoas en blanco y negro la realidad puede ser bastante mas compleja de lo que imaginamos.
Solo dos publicaciones les dejo: 

1/ Influenza Vaccination of Healthcare Workers: Critical Analysis of the Evidence for Patient Benefit Underpinning Policies of Enforcement. 

Resultados (parcial): 
Una recalibración más realista basada en los datos reales de los pacientes, en cambio, demuestra que al menos 6000 a 32.000 trabajadores del hospital tendrían que ser vacunados antes de que se pudiera evitar una sola muerte del paciente. 

Conclusiones:
Existen serias dudas sobre la validez de los cuatro ensayos clínicos aleatorizados que implican políticas de vacunación forzosa contra la gripe y que imputan, de forma implausible, grandes reducciones en el riesgo de los pacientes mediante la vacunación de los trabajadores de la salud.
La impresión de que los trabajadores no vacunados colocan a sus pacientes en un gran riesgo de gripe es exagerada. En cambio, el riesgo atribuible a los trabajadores de la salud y la fracción prevenible por vacunación permanecen desconocidos y el NNV (número necesario a vacunar) para lograr el beneficio del paciente aún requiere una mejor comprensión. Aunque los datos científicos actuales son inadecuados para apoyar la aplicación ética de la vacunación obligatoria contra la gripe, no refutan enfoques para apoyar la vacunación voluntaria u otras prácticas más amplias de protección, como quedarse en casa o utilizar tapabocas cuando están agudamente enfermos.

2/ Should influenza vaccination be mandatory for healthcare workers?

Traduzco dos fragmentos:

Beneficios no probados
No se ha demostrado que la vacunación de los trabajadores sanitarios contra la influenza reduzca la transmisión de la influenza a los pacientes. Una reciente revisión Cochrane de cinco estudios (cuatro estudios aleatorios de grupo y un ensayo de cohortes de casi 20 000 trabajadores de la salud) concluyó que no hay evidencia de que solo la vacunación de los trabajadores sanitarios impida la gripe o sus complicaciones o la muerte debido a la infección de las vías respiratorias inferiores en individuos en [cuidados de larga duración] y, por lo tanto, no hay evidencia que obligue a la vacunación obligatoria de los trabajadores sanitarios ". 
Varios de los principales investigadores canadienses también han notado la falta de evidencia de que la vacunación de los trabajadores sanitarios reduzca la incidencia de influenza en los pacientes. Incluso los grupos que apoyan la vacunación obligatoria, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Asociación de Microbiología Médica y Enfermedades Infecciosas de Canadá, han tenido que reconocer la falta de datos para apoyar esta afirmación.

Derechos éticos del personal
La vacunación obligatoria contra la gripe estacional se basa en una amenaza exagerada y una cura exagerada. A pesar de la falta de evidencia científica confiable y desinteresada para demostrar que los trabajadores de la salud son una fuente importante de transmisión a nuestros pacientes, la vacunación obligatoria se promueve como una panacea sin tener en cuenta los riesgos. La compulsión despoja a los proveedores de salud de un derecho básico garantizado a todos los demás pacientes: el derecho al consentimiento informado. Los trabajadores de la salud pueden y deben hacer una contribución real a la protección de los pacientes contra la influenza: aislando a los pacientes con síntomas de infección respiratoria, mejorando el control de infecciones, cubriendo la tos, lavándose las manos y sobre todo permaneciendo en casa cuando estamos enfermos. Pero hasta que haya pruebas más persuasivas, no es ni una violación de la ética ni un mal servicio a los pacientes insistir en que la vacunación contra la influenza sigue siendo una decisión personal basada en el consentimiento informado.





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