Una mujer afortunada




Este año, tuve la fortuna de recibir un regalo inesperado, que pergeñaron lejanamente en la geografia y cercanamente en el corazón dos queridos colegas y amigos.

Quisiera compartirlo con ustedes.
Gracias Clara y Sergio.

“Esto que sigue es un retrato sin lienzo. 
La inspiración, como siempre, me pilló trabajando. 
Pinté sin bata, sin guardapolvo. 
Son garabatos que no persiguen  la finitud de una obra 
sino la declaración abierta de un testigo que asistió al escenario de El otro. 

Esto que sigue es un dar gracias literariamente despacio. 
Tanto a quien se retrata, como a lo que brota de ese acto. 

El pincel es mi punto de mira, y lo bañé de mis ilusiones, de mis sentires, y claro: de mis ideas e idealizaciones. 
Aunque el lector lo insinuara no se trata de una oda ni elegí la pintura de la hipérbole. 

Consideren mi verdad. Vivo sentipensando que las mujeres no exageramos, ni lxs idealistxs debemos regresar. 

Sólo devolvemos al mundo todo lo que nos velan. 
Y a ese relato prosaico, con el que juzgan la verdad, le musicamos su poesía. 
Así cantamos desde nuestro lugar. 
No confundan el peso con la gravedad”.

Fragmento de "Una mujer afortunada" de Clara Ariza.

Les deseo a todos lo mejor.

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