Oipiniones del "Comentario editorial: NoGracias ante las vacunas contra la infección por SARS-CoV-2"
tweet publicado con autorizacion de Sebastián González
Por este mismo motivo me referiré a algunos comentarios que dejaron ver que la posición que sostenemos peca por ser "liviana". Estos comentarios seguramente desconocen la larga trayectoria del colectivo reunido en la plataforma y su postura crítica frente a las presiones de la industria sobre los prescriptores, al conflicto de interés y nuestro aporte crítico en aspectos vinculados a la salud pública.
Sería extremadamente redundante abundar en contenidos, pero dejaré aquí algunos enlaces sobre tópicos relevantes tratados en la web de NoGracias.
Algunos
colegas refieren que se esperaban un rotundo comentario en contra a vacunar y
no lo encontraron. En definitiva, con todo respeto, ellos no se han visto
reflejados en nuestro editorial y esto es totalmente respetable y comprensible.
Pero de ningún modo denota una falta de compromiso en NoGracias, ni siquiera tibieza
de pensamiento o ánimo pusilánime en la acción-lucha.
Estimular
"la brecha" y la demonización o polarización extrema no ayuda a
construir pensamiento. También me pregunto a mí mismo como no polarizarme ante
hechos tan flagrantes, como por ejemplo los mecanismos de la industria para
ganar siempre mas dinero en este contexto de miedo y “anosmia
global”.
Aquí en Uruguay existe una fuerte tendencia a que prevalezca una sola línea de pensamiento respecto al análisis y manejo de esta "Sindemia". Algunos importantes pensadores se han considerado a sí mismos “disidentes” y han recibido ataques desde los sostenedores hegemónicos ( ver: Un disidente de la pandemia: Fernando Andacht y su crítica a la "panmedicalización" https://youtu.be/06zYu4jHJzU). Denostar a aquellos que piensan diferente es una práctica reaccionaria y raya con el fascismo intelectual. Ya conocemos los resultados del pensamiento hegemónico avasallante.
En lugar de la polarización deberíamos pensar en cómo responder algunas
preguntas en este escenario de incertidumbre ( me las hago a mí mismo) en la previa a dialogar con nuestros pacientes:
¿Cómo se
construye la evidencia científica y con ella se elabora la postura ante los
problemas concretos para su resolución?
¿Cómo se
realiza la traducción y adaptación del conocimiento científico a la vida
cotidiana en este contexto de crisis?
Si existe
la Verdad ( concepto resbaloso y poco asequible); ¿cómo es posible articularla o, tal vez, algo menos sublime, “formar opinión” con tal caudal de evidencia y por momentos tan divergente?
El editor
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