"Pandemiofrenia". ¡Qué pague el mas débil!
"Pandemiofrenia". ¡Qué pague el mas débil!
¿Volver a la Ciencia?
Hace unos meses una paciente sin síntomas, pero con PCR positivo para Sarsr Cov2, recibió una llamada de seguimiento y preguntó a la profesional sobre las probabilidades de haber recibido un falso positivo. El profesional le contestó que eso no era para nada posible y que esa misma respuesta le habían dado desde la dirección de salud. Cuando me lo contó no pude evitar sonreir y pensé en que habíamos estado haciendo algo mal en la Facultad de Medicina, al no haber sido precisos al enseñar sobre especificidad y sensibilidad de las pruebas. Mas calmado dime cuenta que el asunto se explica muy de otro modo.
Me ha resultado increíble, pero a estas altura se ha vuelto bastante mas que verosímil, ver como personas, técnicos y profesionales con trayectoria “han olvidado” los conocimientos mas básicos respecto a inmunologia, análisis de datos, epidemias y manejo clínico, en este escenario que he denominado como disptópicoi.
Últimamente estoy utilizando en neologismo “Pandemiofrenia”. Todos saben que me apasionan los neologismos, claro. Podríamos definirla (y al ser un neologismo, podría usted realizar críticas por supuesto, que yo puedo obviar porque he sido el creador), como mente y pensamiento y acción centrados en la Pandemia.
Una mejor aproximación de definición sería: estado anómalo disfuncional, provocado por la preocupación persistente enfermiza y obsesiva, en una disrupción del equilibrio global de la salud, que tiene condicionantes múltiples (político – mediático - económico de poder y social) y repercusiones multinivel (individuales, comportamentales, comunitarias, sociales y económicas, globales, etc).
Enfocando en el concepto de “habitus” de Bourdieu: “habitus se refiere a la entidad colectiva por la cual y dentro de la cual se establecen y reproducen las condiciones sociales y culturales dominantes”ii, nuestra “Pandemiofrenia” sería algo así como la perpetuadora de este “habitus”, el que a su vez es la “máquina” o impulsor de la Hiperstición (una serie de profecias autocumplidas y vaya que si las ha habido en esta Pandemiaiii) de esta distopía que vivimos.
Está bien claro, y ya hemos abundado al respecto, que disentir contra la narrativa dominante y opinar en contra del discurso oficial y hegemónico, es algo que se vuelve contra el que duda y plantea y argumenta su duda ( no hablo de impulsores de conspiraciones, sino de críticos metódicos y consumados y escépticos justificados y bien fundados).
A pesar de ello, no me es posible, en estas circunstancias, correrme y dejar pasar este tropel descontrolado, sin decir algo.
Abordar problemas complejos simplificándolos e intentando otorgarles respuestas y soluciones simples es una estrategia peligrosa, incongruente, cuando no falaziv.
La “Pandemiofrenia” que vivimos hace al menos 2 años, que ha sido sustentada por la mayor parte de los medios masivos y redes sociales y estimulada por los organismos nacionales y transaccionales a través de la poderosa herramienta del miedo y refrendada, a su vez, por nuestra general e irrestricta pusilanimidad (habitus de Bourdier mediante), ha paralizado y adormecido, la capacidad del volver a la ciencia como herramienta esencial para tomar decisiones. Como no me toca el papel de salubrista o sanitarista, para el que carezco de formación e interés en esta coyuntura particular, me conformo con emitir algunos cuestionamientos desde una mirada crítica desde mi papel como médico comunitario.
Otro empuje de demonización de niños
Hace unas semanas, fue visible en los medios una situación de falta de alineación intra institucional en una sociedad científica, respecto al consejo específico sobre vacunar niños contra Sars Cov2v. Finalmente, la comunicación oficial de la sociedad científica enfatizó, el uso de la vacuna en niñxs de entre 5 y 11 años. Por frotuna colegas del mismo colectivo han realizado una declaración que sugiere no estigmatizar niñxs no vacunados, dado que la vacunación a esta edad es una sugerencia.
Me pregunto si todxs manejamos el número de casos y muertes por esta enfermedad para esta franja de edad.
Me pregunto si hemos intentado observar como se ha estudiado el perfil de efectos adversos de los niños vacunados en esta franja de edad.
Lo que sabemos:
La mortalidad, la hospitalización y la incidencia de casos sigue siendo baja para niños.
Lo que no sabemos:
No existen estudios para definir el perfil de efectos adversos graves en niños.
Tenemos algunas evidencias indirectas. Reportes del VAERS por ejemplo.
Sabemos que muchos países plantean vacunar niños para evitar contagiar mayores. ¿Pero a que precio ético justifican esto?
Existen evidencias indirectas de posibles reacciones inmunes adversas en niños. Ver: https://www.youtube.com/watch?v=dH3LQxv9nSE
Para ver que no todo es monolítico basta observar algunos ejemplos, como las recomendaciones de Noruegavi. No recomiendan vacunación en menores de 5 años.
Sin irnos de tema otros estigma para los pequeños es el empeño en no dejarles tener la oportunidad de cerrar el año escolar con festejos, cosa que no realizan hace 2 ciclos. Pero admitimos finales de copas de fultbol y fiestas en mi país.
Trampa al solitario.
Como ya lo hemos expresado, nos hemos puesto nosotros mismos las trampas que no nos dejan analizar la realidad sin sesgos o al menos minimizándolos. Desde la definición de caso, una increíble anomalía “khuniana” que muestra claramente la crisis del paradigma de salud y ciencia en el que estamos inmersos. Esta propuesta de definición de caso, que todas debimos aceptar , no se centró en criterios clínicos, sino en la positividad de una prueba que muchos alegamos dudosa como prueba diagnóstica en muchas aspectos. La misma OMS viien comunicación de enero de 2021, plantea que ante la caída de la incidencia debe ponderarse la efectividad de la prueba y contrastarse con los síntomas y situación epidemiológica a los efectos de disminuir la cantidad de falsos positivos.
Si pudiésemos revisar los datos mundiales de PCR con un ct razonable, los números que se han mostrado todo este tiempo serían bien otros. Pero eso no es ya posible. Hemos caído en la trampa. Este modo de definir enfermedad ha sustentado el mantra y ha confirmado la hiperstición que ahora es una Pandemiofrenia lograda.
Finalmente el surgimiento de nuevas cepas, en las regiones menos vacunadas del planeta ( las mas pobres) por un lado sigue estigmatizando a los “culpables” ( los pobres) y aumentará las ventas de nuevos refuerzos a los países mas poderosos, mediante nuevamente al mecanismo del miedo y el látigo del control, retrasando la vacunación en todo el globo, que a estas alturas no es mas que una quimera.
El editor
iihttps://criticallegalthinking.com/2019/08/06/pierre-bourdieu-habitus/ Para Bourdieu, el término habitus se refiere a la entidad colectiva por la cual y dentro de la cual se establecen y reproducen las condiciones sociales y culturales dominantes.
ivThe American journalist H. L. Mencken had this to say about quick fixes: “Every complex problem has a solution which is simple, direct, plausible — and wrong.”
vhttps://ladiaria.com.uy/salud/articulo/2021/11/grupo-de-pediatras-advierte-sobre-el-riesgo-de-que-ninos-no-vacunados-contra-la-covid-19-sean-discriminados/?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=manana
Comentarios